sábado, 31 de octubre de 2015

Técnicas operantes para la adquisición de conductas


Técnicas operantes para la adquisición de conductas

Para instaurar nuevas conductas se utilizan tres técnicas: moldeamiento, encadenamiento e instigación/atenuación. En todas se parte de algún componente de la conducta final, y que se encuentra en el repertorio habitual de la persona.

Moldeamiento

El moldeamiento se refiere al reforzamiento de los pequeños pasos o aproximaciones que conducen hacia una conducta meta. Gradualmente se va alcanzando la conducta meta. Se dejan de reforzar las conductas que no se parecen a la meta.

El moldeamieno se puede llevar a cabo reforzando diferentes aspectos de la conducta final: a) Topografía como puede ser la configuración espacial, forma, etc.. (coger una cuchara), b) Cantidad (frecuencia y duración de la conducta), c) Latencia entre estímulos y respuesta, d) Intensidad, fuerza física para llevar a cabo una conducta.

Para que la técnica de moldeamiento sea efectiva es necesario: 1) definir de forma objetiva la conducta meta, 2) evaluar el nivel de ejecución real, 3) seleccionar conducta inicial como punto de partida, 4) seleccionar los reforzadores, 5) reforzar diferencialmente las aproximaciones sucesivas.

Encadenamiento

La mayoría de las conductas están compuestas por una secuencia de varias respuestas que siguen un orden y forman una cadena. Tres tipos de encadenamiento:

Presentación de la cadena total. Se entrena a la persona en cada uno de los pasos que ha de realizar desde el primero hasta el último. En cada ensayo se entrena todos los pasos de la secuencia.

Encadenamiento hacia delante. Se enseña el paso inicial de la cadena; cuando se realiza correctamente se enlaza con el paso 2, el paso 2 con el 3,… cada nuevo paso se realizan todos los anteriores.

Encadenamiento hacia atrás. El entrenamiento se realiza comenzando por la conducta meta y se van añadiendo las conductas que la preceden.

El proceso de encadenamiento cada una de las respuestas intermedias que componen la cadena se mantiene porque actúa como estímulo discriminativo (ED) del siguiente eslabón al que preceden. Un ED no sólo señala el reforzamiento, sino que se transforma también en reforzamiento. Las conductas intermedias adquieren valor de reforzamiento condicionado.

Diferencias entre moldeamiento y encadenamiento

 
 Moldeamiento
 Encadenamiento
 Conducta final
 Nueva conducta en alguna dimensión física (duración, frecuencia,…)
Las conductas intermedias que permitieron la conducta final no son consideradas
 Nueva secuencia de respuesta con un estímulos claro que señala el final de cada respuesta
La conducta final consiste en todos los pasos del encadenamiento (varios eslabones necesarios)
 Procedimientos generales de entrenamiento
 No se requiere de un ambiente estructurado para emitir una gama de comportamientos.
Se lleva a cabo hacia delante desde el punto de vista del orden natural de la conducta.
 El enlace de la cadena de conductas suele requerir un ambiente estructurado o semiestructurado
Se puede llevar a cabo hacia delante o hacia atrás
 Otras consideraciones de procedimiento
 Puede implicas algunos instigadores verbales y/o físicos en los pasos sucesivos, pero son mínimos
Implica la aplicación sucesiva del reforzamiento y la extinción.
 Con frecuencia se utilizan instigadores verbales, físicos y quizá moldeamiento.
Implica menos ensayos de extinción que el moldeamiento.

              

En el entrenamiento en encadenamiento se puede incluir como parte del mismo el moldeamiento. El aprendizaje de conductas que forman parte de una secuencia de conductas se puede adquirir mediante moldeamiento, mientras que el enlace de todas las conductas que forma la secuencia se realizaría por encadenamiento.

 

 

Técnicas operantes para la reducción o eliminación de conductas

Tres técnicas para eliminar conductas: el RDO, la extinción y el castigo.

Reforzamiento diferencias de otras conductas (RDO)

Un procedimiento habitual para eliminar conductas o reducirlas es evitar su reforzamiento y a cambio reforzar conductas alternativas. Existen varios tipos:

·         Reforzamiento diferencias de conductas incompatible (RDI). Consiste en reforzar una conducta que es incompatible con la conducta a eliminar. Al incrementar la frecuencia de emisión de la conducta incompatible, se reduce la de la conducta problema.

·         Reforzamiento diferencial de conductas alternativas (RDA). Si no se puede encontrar conductas incompatibles, se pueden buscar el reforzamiento diferencial de conductas alternativas que compitan.

·         Reforzamiento diferencial de conductas funcionalmente equivalentes. Hace referencia al reforzamiento de conductas alternativas a la conducta problema que permitan alcanzar las mismas metas pero de forma más adecuada o adaptativa (pedir la comida bien, en lugar de chillando).

·         Reforzamiento diferencial de tasas bajas de respuesta. Cuando la frecuencia de la conducta problema es muy alta, o hay pocas alternativas en el repertorio conductual, es mejor el reforzamiento diferencial de tasas bajas. Una reducción de la frecuencia de la conducta problema sería reforzada.

El RDO ha demostrado su eficacia. La desventaja es la lentitud en la reducción de la conducta problema debida a: 1) dificultad en encontrar conductas meta alternativas, 2) incrementar las conductas alternativas puede reducir sólo parcialmente la conducta a eliminar, 3) el refuerzo diferencial reduce gradualmente la conducta a eliminar. En conductas agresivas o autolesivas el RDO no es la técnica de elección.

Extinción

Si una conducta deja de tener consecuencias, dejará de realizarse. La extinción consiste en dejar de reforzar una conducta previamente reforzada. No suele resultar fácil identificar los reforzadores (diferentes fuentes). El programa de reforzamiento influye en la eficacia de la extinción (si es continuo es más fácil la extinción que si es intermitente). Cuanto mayor es el intervalo de tiempo en el que se suministra el refuerzo intermitente, mayor será también la resistencia de la conducta reforzada a la extinción.  Cuanto mayor sea la cantidad de reforzador y el tiempo durante el cual se ha suministrado, mayor será la resistencia a la extinción.

El proceso de extinción es gradual en relación a la reducción de la conducta (no es adecuados para conductas agresivas o autolesivas). El estallido de la extinción hace referencia al incremento significativo de intensidad o frecuencia de la conducta debido a la ausencia de reforzamiento al comienzo de la extinción.  Después de haberse reducido una conducta puede aparecer nuevamente o incrementarse (recuperación espontánea), pero si se mantiene sin reforzamiento la conducta vuelve a decrecer.

Algunas razones por las que se considera más eficaz el uso conjunto de la extinción con el reforzamiento positivo son:

La identificación estricta de los reforzadores que mantienen la conducta a extinguir puede llevarse a cabo de forma menos estricta ya que el incremento de la conducta alternativa por efecto de reforzamiento facilita la extinción de la conducta problema.

Los efectos negativos que pueden acompañar a la extinción tienen menor probabilidad de ocurrencia si la conducta alternativa reforzada reemplaza o sustituye a la conducta problema en extinción. 

La extinción reduce la emisión e la conducta problema pero no permite reemplazarla puesto que no interviene en la instauración o incremento de conductas alternativas.

Castigo

La mera introducción de un estímulo aversivo o la simple retirada del estímulo positivo no se considera castigo a no ser que lleve aparejado la reducción efectiva de la conducta.  Definir castigo en lugar de simple penalización (al igual que premio vs. reforzamiento) es una cuestión empírica. Es castigo sólo si se reduce la conducta.

Castigo positivo

El castigo positivo es la reducción de la frecuencia futura de una conducta cuando tras su emisión se presenta un estímulo aversivo. Dos tipos de estímulos negativos: a) estímulos aversivos primarios o incondicionales (carácter universal, como el dolor), y b) estímulos aversivos secundarios o condicionados (gestos, insultos).

El efecto que tiene de un estímulo aversivo en la reducción de la conducta es más importante que el grado de aversión que pueda atribuirse.

Castigo negativo

Dos tipos de castigo basado en la retirada de estímulos: tiempo-fuera de reforzamiento y coste de respuestas.

Tiempo fuera de reforzamiento positivo

Consiste en negar el acceso temporal a los reforzadores inmediatamente después de que se realice la conducta inadecuada que se desea reducir o eliminar (se usa con niños). Para que sea efectivo tiene que cumplir las siguientes condiciones: 1) la persona ha de ser consciente de las razones y duración del castigo, 2) la duración del tiempo-fuera ha de ser breve (5 minutos en niños pequeños, >5 años con 1 minuto por año añadido), 3)  no debe estar presente ni introducirse ningún reforzador durante el tiempo-fuera de reforzamiento positivo, 4) no debe terminar antes de tiempo, 5) sólo debe terminar si el niño se comporta adecuadamente, de lo contrario se estaría reforzando negativamente, 5) el tiempo fuera no debe servir al niño para escapar de una situación desagradable o incómoda (reforzamiento negativo). Inconveniente: aleja a la persona del medio o contexto impidiendo el refuerzo positivo de conductas alternativas. 

Coste de respuesta

El coste de respuesta se refiere a la pérdida de un reforzador positivo del que dispone el individuo (retirada de puntos del carnet). Resulta más efectivo si se entregan reforzadores positivos al incrementarse la conducta adecuada. 

Factores que influyen en la efectividad del castigo

El castigo, cuando se combina con procedimientos de reforzamiento y de extinción, tiene efectos inmediatos sobre la conducta que se desea eliminar y sustancialmente superiores a los efectos producidos por el uso exclusivo de programas de reforzamiento. Pocos estudios han encontrado efectos negativos debido a los procedimiento de castigo.

El castigo positivo es útil cuando otras técnicas fallan, o es difícil identificar los reforzadores. Es útil para conductas agresivas hacia si mismo, o hacia los otros.  Algunas guías para aplicar el castigo: 1) debe ocurrir inmediatamente después de la conducta inadecuada, 2) debe ser administrado cada vez que ocurra la conducta inadecuada, 3) la persona a la que se le aplica debe ser consciente de la contingencia, 4) el reforzamiento no debe administrarse muy a continuación del castigo, 5) el castigo ha de ir precedido por un aviso de advertencia.

Algunos de los factores que contribuyen a la eficacia del castigo son:

·         No demora del castigo.

·         Programa de aplicación. Aplicado de forma continúa.

·         Regulación temporal del castigo en la secuencia de respuesta. Más eficiente si se castigan conductas preliminar a la conducta final (en el caso de eslabones de conductas).

·         Fuente de reforzamiento. El efecto del castigo puede verse contrarrestado por el potencial reforzamiento que pueda estar recibiendo la conducta que se desea eliminar.

·         Variaciones del castigo. Variar el tipo de castigo (tiempo-fuera, coste de respuesta, reprimenda) utilizado favorece la reducción de la conducta a eliminar.

·         Reforzamiento de respuestas alternativas. La utilización de reforzamiento positivo mejora la efectividad y reduce efectos colaterales.

Efectos colaterales del castigo

A pesar de la efectividad demostrada por el castigo, no se suele utilizar por razones éticas y por los efectos colaterales. Algunos de los efectos negativos son:

·         Reacciones emocionales adversas. Llanto, rabia, miedo, cuyos efectos pueden dificultas el aprendizaje de conductas alternativas. Efectos perjudiciales incluso para el que las administra (afectivos).

·         Evitación y escape. Puede conducir a conductas de escape y evitación de la situación o persona que administra el castigo.

·         Agresión. Reacción con agresividad como defensa ante el castigo.

·         Castigo modelado (efecto más importante). Puede aprenderse el castigo (por modelado) como procedimiento eficaz para modificar conductas de otros.

·         Perpetuación del castigo. Puede convertirse en herramienta habitual por el reforzamiento negativo que supone para la persona que lo dispensa.

Sobrecorrección

Kazdin propone como procedimiento adicional para reducir conductas la realización de actividades. La realización de tareas no se considera castigo ya que no se introduce un estímulo aversivo, y no se pierde un reforzador positivo.

La sobrecorrección es una penalización por llevar a cabo una conducta o acción inadecuada que tiene dos componentes: 1) restitución (corregir efectos negativos por una conducta inapropiada) y 2) práctica positiva (llevar a cabo una conducta apropiada, incluso de forma exagerada). Se puede utilizar uno o los dos componentes.  La sobrecorrección cumple una función educativa.

La sobrecorrección sigue siendo efectiva si se demora su aplicación (se suele aplicar de forma inmediata). El incremento de la duración de la práctica positiva no va acompañado de una mayor reducción de la conducta desadaptativa. El rango de aplicación de la sobrecorrección es menor que el de otros procedimientos, como el castigo.

 

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